Firefox Relay es el último servicio comercial lanzado por Mozilla y el primero que se extiende más allá de los límites del navegador del zorro, aunque dicho así pueda parecer que hablamos en cantidades que no se corresponden con la realidad. No. Mozilla cuenta actualmente con tres servicios de pago, de los cuales Firefox Relay es posiblemente el más interesante.
En su busca por la independencia económica sin la que su presunta lucha por la privacidad del usuario queda lastrada porque sin independencia, lo que hay es dependencia, nada más y nada menos que de Google, Mozilla emprendió una estrategia basada en los servicios con la que poder sostener el desarrollo de Firefox (y los sueldos millonarios de la cúpula directiva de Mozilla, aunque como se suele decir, esta es otra historia… una mucho más fea que la oficial de la “Fundación Mozilla”).
Total, que Mozilla lanzó Mozilla VPN, un servicio cuyo nombre lo dice todo y cuyo verdadera partido se ha dado a conocer más recientemente, a raíz de la integración del mismo con Firefox (cuando hacen las cosas bien, hay que reconocérselo); y después lanzaron Firefox Relay, un servicio de alias para correo electrónico bastante interesante, que es el que ahora llega a Chrome.
Un inciso: mucho antes de todo esto, Mozilla se gastó un dinero sin determinar en Pocket, el servicio de almacén de artículo para leer más tarde, que también comercializan y que también hay que contar, pero que no nace del mismo modo que Mozilla VPN o Firefox Relay. Sea como fuere, mientras que Mozilla VPN solo ofrece planes de pago, tanto Pocket como Firefox Relay se pueden usar de manera gratuita y ampliar su funcionalidad mediante pago.
Centrándonos ya en Firefox Relay, hace un par de años que asomó la patita, pero apenas unos meses desde que se abrió al usuario de a pie, y es que al igual que sucede con Mozilla VPN o Pocket, por el tipo de servicio que es, cualquiera puede hacer uso de él, sea usuario de Firefox o no.
Claro que, precisamente por el tipo de servicio que es, su integración con el navegador web es capital para que resulte eficiente y si, como es natural, los usuarios de Firefox fueron los primeros en tenerlo a su disposición, los de Chrome son los segundos. Y quien dice Chrome, dice todo navegador derivado de Chromium y compatible con las extensiones de Chrome, por lo que en este saco entran también Microsoft Edge, Brave, Opera y Vivaldi, entre otros.
La integración de Firefox Relay con Chrome y cía llega vía extensión, que puedes instalar desde la Chrome Store. Acto seguido deberás iniciar sesión con tu cuenta de Firefox (la misma que usas para sincronizar datos con Firefox; si no tienes una, deberás crearla) y ya podrás usar el servicio, pudiendo crear hasta un límite de cinco alias con el plan gratuito. Para añadir alias ilimitados, un dominio propio y más opciones, hay que suscribirse al plan de pago.
-¿En qué consiste Firefox Relay? ¿Qué es eso de los alias?
Te lo explicamos con más detalle en el artículo enlazado más arriba, pero básicamente se refiere a alias de correo electrónico. Como sabes, para registrarte en cualquier sitio es necesario por lo general una dirección de correo electrónico y el spam y otros peligros están a la orden del día, por lo que cuanto menos uses tu correo en sitio de dudosa fiabilidad, mejor. Pero ¿y si quieres registrarte por lo que sea? Usas un alias y te curas un poco de espanto.
Ten en cuenta que Firefox Relay no te permite crear alias personalizados, sino que los crea automáticamente. Son del tipo “4eg76bdf5@mozmail.com” y redirigen todos los mensajes entrantes a la cuenta de correo con la estás registrado en el servicio. Lo positivo de este método es que puedes crear tantos alias como desees, una vez hayas eliminado los creados anteriormente, pero, ojo, porque una vez eliminados, no se pueden recuperar y si los usas como credenciales para iniciar sesión en algún sitio, perderás el acceso.
Por otro lado y aunque se supone que Firefox Relay solo ejerce las funciones de redirección (con archivos adjuntos de hasta 10MB), tienes que confiar en Mozilla para que gestione algo tan delicado como el correo electrónico y, en principio, es una compañía fiable. Sin ir más lejos, si usas Firefox les estás confiando tu navegación y probablemente otros datos, como tus marcadores, historial e incluso contraseñas.
Pero que nada más instalar la extensión (ver imagen más arriba) se vea activada por defecto la opción en la que te piden permiso para recolectar información sobre cómo usas la extensión, y conforme entras en el servicio veas que en las preferencias está marcada la opción de “Permitir que Relay recopile datos que muestren los sitios en los que se crean y utilizan sus alias”. Es lo mismo que hacen en Firefox y está igual de mal. Y no viene de ahora.
Para rematar, los mensajes enviados a través de alias de Firefox Relay, al menos con el plan gratuito, llegan con un par de banners de publicidad horrorosos que además incluyen imágenes, una práctica de rastreo que usada por Mozilla es de necedad pura después de lo que acabo de señalar en el párrafo anterior. Pero incrustar semejante publicidad es, ante todo, feo.
En resumen, el servicio, salvo los detalles expuestos no está mal y que hayan creado una extensión para Chrome está bien, es lo que tenían que haber hecho desde el principio. Pero en mi opinión, si usas Firefox Relay para cosas chorras, adelante; si no… tu servicio de correo electrónico ya permite alias, aunque lo haga de forma limitada y, dependiendo del servicio, sin la privacidad por ofuscación que facilita Firefox Relay. No obstante, piensa bien lo que haces y cómo lo haces.