Windows 11 incorpora muchas APIs que, hasta ahora, habían sido exclusivas de Xbox. Por ejemplo, AutoHDR, para mejorar la calidad de la imagen de los juegos, o DirectStorage para reducir los tiempos de carga de los juegos. Todo esto, junto a la apuesta de Microsoft por el Game Pass en PC, buscan que este sistema sea una de las mejores elecciones para los usuarios que quieran jugar en el ordenador.
Según podemos ver en las últimas encuestas de hardware de Steam, finalmente Windows 11 empieza a tener cierta presencia en los ordenadores de los jugadores. Según podemos ver, aunque ha tardado un año y medio en conseguirlo, ahora mismo Windows 11 está instalado en el 30% de los PCs de los jugadores. Esto muestra que, aproximadamente, crece a la misma velocidad que pierde cuota de mercado Windows 10, el sistema operativo que, en un par de años, quedará abandonado y sin actualizaciones.
Aunque entre Windows 10 y 11 abarcan el 94% de la cuota de mercado de PC, Windows 7 aún sigue estando presente en el 1.6% de los PCs de los jugadores, y Windows 8.1 en el 0.40% de los ordenadores, a pesar de que ambos están ya sin soporte.
Si queremos una segunda opinión, si nos fijamos en los datos de Statcounter, Windows 11 está creciendo despacio, pero sin pausa, desde su lanzamiento. Ahora mismo cuenta con una cuota de mercado del 18%, mientras que Windows 10 ya ha bajado del 70% de la cuota de mercado (aunque ha recuperado usuarios en el último mes).
El resto de sistemas operativos sigue perdiendo usuarios. En Steam, por ejemplo, macOS representa el 2.61% de los usuarios totales, y Linux, a pesar de tener la Steam Deck, tan solo representa el 1.38% del mercado total de jugadores.
-Windows 10 sigue siendo el preferido para jugar
A pesar de los intentos por parte de Microsoft para actualizar de Windows 10 a Windows 11, los usuarios siguen prefiriendo usar el primero. Este sistema lleva entre nosotros desde 2015, y ha recibido las suficientes actualizaciones y mejoras como para ser un sistema rápido, fiable y pulido. Además, las últimas versiones de este SO introducen algunas de las funciones exclusivas de Xbox para que estos usuarios puedan aprovecharse también de ellas.
Entonces, no hay ningún motivo de peso que convenza a los usuarios a actualizar su buen Windows 10 al polémico Windows 11. Lo único que puede hacer Microsoft es esperar a que le llegue la hora a Windows 10, se quede sin actualizaciones, y entonces los usuarios no tengan más remedio que actualizar a Windows 11. Eso sí, ¿qué pasará con aquellos PCs que no cumplan los requisitos? Seguro que pronto empezarán los problemas.