Vivaldi ya está disponible en la Microsoft Store, la tienda de aplicaciones de Microsoft para Windows y un repositorio centralizado que, por varias razones, tiene que seguir conformándose como la alternativa predeterminada para instalar aplicaciones en Windows.
Como sabes, Vivaldi es uno de los navegadores web más populares de la nueva oleada surgida al calor del código de Chromium y, siempre desde la lejanía con la que Chrome domina el paisaje, una de las alternativas más interesantes por el enfoque que practica, en el que la capacidad de personalización y las funciones son lo principal de su oferta.
Su última versión, Vivaldi 6.0, salió hace exactamente un mes con diferentes novedades, según recogemos en la noticia, pero si aún no lo has probado, no te vas a su sitio web a descargarlo: instálalo directamente desde la Microsoft Store si usas Windows 10 o Windows 11.
¿Por qué? Porque el modelo de distribución centralizada puede tener sus problemas, pero también tiene sus ventajas, incluyendo dos de primer orden: accesibilidad y seguridad. Accesibilidad, porque es mucho más sencillo buscar en un único sitio que en toda Internet, además de ser mucho más sencillo para actualizar las aplicaciones que tienes instaladas en tu sistema de un plumazo.
Seguridad, porque, aunque siempre se puede escapar algo, todo el software que se publica en la Microsoft Store está monitorizado por Microsoft y es más difícil que te la cuelen. En todo caso, se le puede achacar la falta de limpieza, en el sentido de permitir aplicaciones tan similares por nombre que pueden llevar a engaño, pero están encima de ello en diversos aspectos y se nota.
La Microsoft Store se basa en el modelo de tienda de aplicaciones popularizado por Apple con su App Store y esta, a su vez, se basa en el modelo de repositorio centralizado popularizado por Linux para con sus distribuciones. Y aunque siempre tiene que existir la posibilidad de poder salirte de lo establecido para que no te encierren, es el modelo más cómodo y seguro que hay.
Así pues, no te quedes solo con Vivaldi: echa un vistazo a la Microsoft Store, a ver cuántas de las aplicaciones que has instalado por otro lado están presentes, y haz el cambio, si es que no lo habías hecho ya. Sale a cuenta.
Por cierto, que junto a Vivaldi puedes encontrar otros navegadores web en la Microsoft Store: Firefox, Brave, Opera, hasta Microsoft Edge está ahí, aunque no haga falta porque Windows te lo incrustaría en el alma si pudiera.