Para reducir el tiempo de carga de Windows 11, es recomendable realizar es proceso una vez hemos instalado el sistema operativo de cero, aunque también podemos utilizarlo en equipos que llevan un tiempo funcionando y su rendimiento ha caído en picado.
-¿Por qué Windows 11 tarda tanto en arrancar?
Lamentablemente, no existe un único motivo por el que Windows 11 no arranca tan rápido como quisiéramos. Ojalá siempre existiera un único motivo para todos los problemas con los que nos podremos enfrentar en el día a día utilizando cualquier sistema operativo, ya sea de escritorio o para dispositivos móviles.
Entre los motivos que pueden prolongar el inicio de Windows, nos encontramos con que no dispongamos de un SSD, que muchas aplicaciones se inicien automáticamente al arrancar Windows, no disponer de espacio libre en la unidad de almacenamiento, las prestaciones de nuestro equipo entre otras muchas. A continuación, os mostramos cuáles son los principales motivos por los que nuestro equipo puede tardar más de la cuenta en iniciar y cómo podemos solucionarlo.
-¿Cómo mejorar el rendimiento de Windows 11 al iniciar?
Para mejorar el rendimiento de Windows 11 al arrancar y de paso reducir el tiempo necesario hasta que está completamente operativo, debemos realizar los pasos que os mostramos a continuación.
-Reemplazar el disco duro por un SSD
Los discos duros tradicionales, HDD, también denominados mecánicos, utilizan un disco físico leído por un cabezal (aguja) que se encarga de leer y escribir los datos en el equipo. Al ser un sistema mecánico, el rendimiento tanto a la hora leer como de escribir es mucho más lento que las unidades SSD, que almacenan toda la información de forma digital. Si la unidad principal de nuestro equipo está gestionada por un HDD, el tiempo de inicio de Windows puede alargarse durante varios minutos, mientras que, si lo reemplazamos por un SSD, el tiempo se reducirá a unos pocos segundos, dependiendo del tipo de SSD que utilicemos. Si no queremos cambiar el HDD por un SSD, es recomendable desfragmentar periódicamente el disco duro para que todos los archivos se reorganicen y estén accesibles los unos más cerca de los otros para así reducir el tiempo de acceso de los datos.
De momento, Windows no exige que los equipos gestionados por Windows 11 utilicen un SSD, sin embargo, todo apunta a que, en próximas actualizaciones del sistema, este será un requisito. Los portátiles más económicos o de gama de entrada, sigue incluyendo este tipo de discos duros, ya que son mucho más baratos que los SSD. Sin embargo, el precio de este tipo de unidades ha bajado considerablemente y en la actualidad, podemos invertir poco más de 30 euros para disfrutar de un SSD con al menos 256 GB de almacenamiento.
-Limitar las aplicaciones que se inician con el sistema
Muchas aplicaciones tienen la manía de añadirse aplicaciones al inicio de Windows para así reducir el tiempo de carga necesario de la aplicación o bien para que la aplicación esté disponible nada más iniciar el equipo. Lo que en teoría puede ser una buena idea, al final no lo es. Y digo que no lo es porque al final, conforme vamos añadiendo aplicaciones al inicio de Windows, se prolonga el tiempo necesario para que, una vez pulsemos el botón de inicio, el equipo esté listo para trabajar.
La solución a este problema pasa por acceder eliminar todas aquellas aplicaciones que se han colado en el inicio del equipo y que no son necesarias para el funcionamiento inicial del sistema. Para deshacernos de estas aplicaciones, accedemos al administrador de tareas con la combinación de teclas Ctrl + Mayús + Esc y, seguidamente, pulsamos en la pestaña Inicio.
A continuación, seleccionamos todas las aplicaciones que no queremos que se inicien al arrancar el equipo y pulsamos en el botón Deshabilitar. La aplicación seguirá mostrándose en esta sección, pero como deshabilitada, por lo que no se iniciará. Si cambiamos de opinión y queremos que esas aplicaciones se inicien con el sistema, debemos acceder a esta misma venta, seleccionar la aplicación y pulsar en el botón Habilitar.
También podemos desactivar las aplicaciones que se inician al arrancar nuestro equipo desde las opciones de configuración de Windows (Win + i), dentro el apartado Aplicaciones > Arranque. En esta sección, podemos desactivar el interruptor de todas las aplicaciones que no queremos que se inicien al arrancar Windows.
-Detener la sincronización automática de archivos
OneDrive, al igual que Google Drive o Dropbox, por citar las plataformas de almacenamiento más utilizadas, nos permite sincronizar los archivos almacenados en el nuestro equipo con la nube, para, de esta forma, tener siempre a mano nuestros archivos tanto para hacer una copia de seguridad como para acceder a ellos desde cualquier otro dispositivo.
Para ofrecer esta función, estas aplicaciones se deben iniciar junto con el equipo para sincronizar, nada más iniciar el equipo, los posibles cambios que hayamos podido realizar en los archivos almacenados en la nube. Dependiendo de nueva velocidad de internet y del número de archivos a comprobar, este proceso muy prolongar innecesariamente el tiempo de inicio de Windows 11.
Si utilizamos estas plataformas de forma esporádica y no para el día a día, podemos ejecutar la aplicación correspondiente a cada plataforma cuando vamos a acceder a los datos que almacenan para asegurarnos de trabajar siempre con la última versión. De esta forma, reduciremos el tiempo de inicio de sesión de Windows 11.
-Reducir o eliminar los efectos visuales
A todos nos gusta que Windows, u otro sistema operativo, se va bonito, que incluya transparencias, efectos, transparencias y demás. Sin embargo, los efectos visuales son un problema que acaba afectando al rendimiento de los equipos con menos prestaciones y que utilizan discos duros mecánicos. Afortunadamente, Windows 11 nos permite reducir el número de efectos visuales para reducir la carga del procesador y de la gráfica por elementos que únicamente afectan a la estética de Windows.
Para modificar los efectos visuales de Windows 11, a través del cuadro de búsqueda, escribimos Rendimiento y, de entre los resultados que se muestran, pulsamos en Ajustar la apariencia y el rendimiento. A continuación, en la pestaña Efectos visuales, seleccionamos la opción Ajustar para mejorar el rendimiento y finalmente pulsamos en Aplicar. A continuación, debemos reiniciar el equipo para que se eliminen los efectos visuales que afectan tanto al rendimiento del equipo como al tiempo de inicio.
-Modifica el plan de energía
Los equipos portátiles, nos permite seleccionar diferentes planes de energía para optimizar la duración de la batería. Estos planes de energía no solo limitan el uso que podemos hacer del procesador, sino que, además, también nos permite modificar el brillo de la pantalla, otro de los factores que afectan al consumo de batería.
Cuando tenemos conectado el equipo al cargado, el equipo utilizar el plan de energía que permite sacarle todo el partido al equipo, ya que no debe preocuparse por el consumo de batería. Sin embargo, si hacemos uso de la batería, automáticamente el plan de energía pasará a ser uno de menor consumo para controlar el consumo y alargar la duración de uso de la batería.
En determinadas ocasiones, puede que el equipo no cambie automáticamente al plan que corresponde. Para modificar manualmente el plan de energía, tan solo debemos pulsar sobre el icono de la batería para que se muestren todos los planes configurados en el equipo y que podemos utilizar.
-Comprobar si tenemos espacio libre de almacenamiento
Uno de los problemas que afecta seriamente no solo al tiempo de inicio de sesión de Windows sino a todo el sistema es el espacio de almacenamiento de nuestro equipo. Windows necesitan un margen de maniobra para funcionar correctamente. Este margen se sitúa entre los 10 y 15 GB. Si este espacio es inferior, Windows alargará la ejecución de todos los procesos y prolongando de forma inexplicable tanto el tiempo de inicio como la ejecución de cualquier aplicación.
Si no queremos estar preocupados contantemente por el espacio libre disponible en nuestro equipo Windows 11 pone a nuestra disposición el Sensor de almacenamiento, una función que también está disponible en Windows 10 y que se encarga de gestionar de forma automática los archivos temporales que gestiona el equipo, tanto los correspondientes al equipo como a las actualizaciones de Windows y las aplicaciones que tenemos instaladas.
Además, no debemos olvidarnos de pegarle un vistazo a la Papelera de reciclaje, especialmente si no tenemos la costumbre de vaciarla de forma habitual al igual que la carpeta Descargas. También debemos analizar todas las aplicaciones que tenemos instaladas en el equipo comprobar si las utilizamos de forma habitual o únicamente la instalamos para probar su funcionamiento y se nos olvidó desinstalarla.
Pero, la mejor forma de liberar espacio en nuestro PC es moviendo a una unidad externa el contenido que más espacio ocupa que no es otro que las fotografías y vídeos que almacenados en nuestro equipo. Si utilizamos una plataforma de almacenamiento en la nube con suficiente espacio, podemos utilizarla para subir todo ese contenido y tenerlo siempre accesible desde el PC sin que esté ocupando o espacio en nuestro equipo.
-Analizar el equipo en busca de virus
Si, después de realizar todos estos ajustes, nuestro equipo sigue tardando lo mismo en iniciarse, el motivo se puede encontrar en un virus o malware que se haya colado en el equipo y que no esté siendo detectado por Microsoft Defender o por el antivirus que tengamos instalado. En este caso, es recomendable hacer un análisis exhaustivo del equipo para comprobar y asegurarnos que nuestro equipo está libre de virus.
Para analizar nuestro equipo en busca de virus o malware utilizando Microsoft Defender, accedemos a las opciones de configuración de Windows (Win + i), pulsamos en Seguridad de Windows y, seguidamente en Protección antivirus y contra amenazas. Seguidamente, pulsamos en Opciones de examen y seleccionamos Examen completo. Este proceso comprobará todos los archivos almacenados en el equipo, por lo que se puede prolongar durante varias horas.
-Actualiza Windows a la última versión disponible
Para disfrutar de todas las mejores de rendimiento que Microsoft implementa en cada actualización de Windows, es más que recomendable instalar todas y cada una de las actualizaciones disponibles. Las actualizaciones que Microsoft lanza, tanto para Windows 10 como para Windows 11, no solo están enfocadas a parchear problemas de seguridad, sino que también se centrar en mejorar el rendimiento del equipo.
Para comprobar si tenemos alguna actualización de Windows 11 pendiente de instalar, accedemos a las opciones de configuración (Win + i) y pulsamos en Windows Update. En la parte superior de esta opción, se mostrará el número de actualizaciones que tenemos pendientes de instalar si existiera alguna pendiente. Si no se muestra ninguna, significa que tenemos nuestro equipo actualizado a la última versión disponible en ese momento.
-Restablecer Windows
La última opción que nos quedaría, antes de reinstalar de cero Windows, sería restablecer el equipo conservando únicamente los archivos personales que queremos mantener. Esta opción se encuentra disponible dentro de las opciones de configuración de Windows (Win + i), dentro de Recuperación > Restablecer este equipo.