Hoy en día no estamos cambiando de ordenador tan a menudo como hace una década. El hardware es lo suficientemente potente como para aguantar mucho tiempo sin dar problemas de compatibilidad, ni con juegos ni con programas. Pero, por muy buenos que sean los componentes, termina siempre llegando un momento en el que tenemos que cambiar de PC. Y estos signos nos indican que ya es hora de hacerlo.
-Tenemos bloqueos, pantallazos azules y reinicios inesperados
Uno de los signos de que algo va mal siempre han sido los bloqueos y los reinicios del ordenador. Estos pueden estar originados por el propio sistema operativo (un driver, un programa corrupto, un virus, etc), o puede ser que alguno de los componentes (como la RAM o el disco duro) esté fallando y originando estos problemas.
Si experimentamos muchos fallos de este tipo no hay otra, es hora de comprar un ordenador nuevo, ya que una posible reparación nos puede salir bastante más cara que el nuevo equipo.
-Al encender, no encuentra el disco duro
Es posible que, de un día para otro, y sin haber hecho nada en especial, el PC deje de detectar el disco duro. Cuando esto ocurre, es que algo está empezando a dar problemas, ya sea la placa base o el propio disco. Es posible que se solucione solo con un reinicio y podamos seguir usando el ordenador con normalidad, pero deberíamos plantearnos hacer copia de seguridad de los datos, y buscar un nuevo equipo, por si acaso.
-No podemos actualizar a Windows 11
La llegada de Windows 11 ha sido muy polémica en muchos sentidos. Pero uno de los que más enfado ha generado ha sido la obligación de tener un procesador relativamente moderno y un chip TPM 2.0 para poder instalar de cero este sistema o actualizar desde Windows 10.
Si nuestro ordenador no cumple los requisitos, por mucho que nos duela, estamos ante un caso de obsolescencia programada, y será hora de comprar un PC nuevo.
-Algunos programas no son compatibles
Similar al punto anterior, es posible que si vamos con un ordenador muy antiguo, de potencia justa, llegue un momento en el que una nueva versión de un programa, como Word, Excel, PowerPoint o Photoshop, al renovar los requisitos, ya no sea compatible con nuestro ordenador.
-Windows ya no se actualiza
Parecido al punto 3, puede ocurrir que Windows haya dejado de actualizarse en nuestro ordenador. Aunque es poco común, alguna vez Microsoft ha cambiado los requisitos con alguna actualización, dejando a muchos usuarios sin posibilidad de actualizar el PC.
También puede darse el caso de que no recibamos actualizaciones por estar usando una versión más antigua del sistema operativo, como Windows 7. Sea por el motivo que sea, es hora de cambiar.
-No conseguimos la velocidad contratada de Internet
Hoy en día, la mayoría de las tarifas de fibra que podemos contratar ofrecen de 100 megas en adelante, siendo la oferta más contratada la de 300 megas. Pero, ¿qué pasa si el ordenador no puede con ella? Si tenemos una tarjeta de red Fast Ethernet, solo podremos conseguir hasta 100 Mbps como máximo. Y con un Wi-Fi a 2.4 GHz tampoco conseguiremos mucha más velocidad. Por tanto, si queremos aprovechar al máximo la conexión será necesario renovar el equipo.
-El PC va muy lento, incluso recién formateado
Muchos problemas podemos solucionarnos con un simple formateo del ordenador. Pero hay veces en los que esto ya no es suficiente, y el ordenador, a pesar de estar como recién salido de la tienda, sigue funcionando mal, lento, y con problemas. Puede que el disco esté dañado, la RAM, o el resto de los componentes ya lo han dado todo. Por ello, lo mejor que podemos hacer es pensar en rescatar los datos, y adquirir un nuevo equipo.