El rendimiento de Windows 11 parece ser una de las principales prioridades de Microsoft en lo referido a la nueva versión de su sistema operativo, y esto no es ningún secreto, pues la propia compañía ya lo confirmó hace unos meses. Y sí, es cierto que que sus requisitos mínimos son superiores a los de su predecesor, si bien la mayoría de problemas en este sentido no han estado relacionados tanto con las prestaciones de los equipos, como con la presencia (o ausencia) en los mismos de un módulo TPM para incrementar la seguridad del sistema.
En cualquier caso, y como podemos leer en Windows Latest, Microsoft ya está probando una nueva función llamada, no tanto a mejorar el rendimiento de Windows 11, como a optimizarlo en base a la casuística concreta de cada usuario. Y es que, al hablar del rendimiento del sistema, algo que debemos recordar siempre es que este no solo depende del sistema operativo, sino también de las aplicaciones que se ejecutan en el mismo, del uso que hacen éstas de los recursos y, claro, de las herramientas proporcionadas por el sistema para minimizar el impacto de las mismas.
Y esto es más complicado de lo que pueda parecer, porque la respuesta que espera un usuario de una aplicación determinada no es el mismo que puede esperar otra persona. El ejemplo más claro, sin duda, son los navegadores web, principales consumidores de recursos en la actualidad. Para algunos usuarios, que los emplean de forma intensiva, evidentemente es necesario que puedan tomar tantos recursos del sistema como necesiten. Sin embargo, hay otros muchos casos en los que ese consumo elevado se debe a la costumbre cada vez más extendida de mantener abierta una o varias ventanas del mismo con un sinfín de pestañas abiertas en segundo plano.
Así, el sistema operativo, en este caso Windows 11, necesita saber cuán prioritario es un proceso para un usuario. Pero, por otra parte, no puede estar formulando preguntas al respecto de manera constante, claro. Así, la opción que están planteando, también llamada “Modo de eficiencia”, propone una solución que personalmente me parece muy interesante, y no es otra que la de poder emplear el Administrador de tareas para indicarle a Windows 11 que no queremos que una determinada aplicación siga acaparando recursos en un momento determinado.
El planteamiento es muy interesante, ya que lo que ofrecerá Windows 11, a través del Administrador, es la posibilidad de reducir sustancialmente la prioridad de procesos, de modo que estos queden pausados y, por lo tanto, cese de inmediato el consumo de recursos por parte de los mismos. Así, el resultado que obtendremos, en lo referido al rendimiento, será cecano al que actualmente nos proporciona la opción “Finalizar tarea”, pero con la diferencia, gran diferencia, de que con esta nueva función podremos volver a recuperar dicha aplicación exactamente en el punto en el que se quedó cuando reducimos su prioridad a la mínima.
Son varios los escenarios en los que esta futura función de Windows 11 se antoja especialmente útil, pero creo que el más destacable es el de un portátil cuando es desconectado de la fuente de alimentación. En este caso, con el modo de eficiencia, será posible prolongar la duración de la batería. Y una vez de nuevo conectado al cargador, será posible volver a dar más prioridad a esos procesos más “tragones”.
Actualmente Microsoft está probando esta función en la Build 22557 de Windows 11, y todo apunta a que su llegada a todos los usuarios de Windows 11 se producirá junto con las mejoras en la Barra de tareas y otras novedades aún por identificar, de la mano de Sun Valley 2, la segunda actualización de Windows 11 para este 2022.