Las extensiones de Chrome permiten mejorar la experiencia de usuario en el navegador con funciones tan simples como revisar la ortografía o automatizar las tareas repetitivas. Las opciones de Chrome Web Store son prácticamente infinitas con un total de 250.000, según la compañía.
Muchos usuarios evitan descargar una extensión en su ordenador a pesar de que podría ahorrar horas de trabajo. El miedo de algunas personas es que los ciberdelincuentes utilicen este sistema para instalar un malware.
Google asegura que las extensiones que se encuentran en Chrome Web Store han sido diseñadas por desarrolladores y grandes empresas de software. La propia compañía las revisa para garantizar que sean seguras, pero algunas extensiones maliciosas pueden pasar desapercibidas. Las extensiones de desarrolladores o empresas con una base de seguidores detrás suelen ser más fiables, también aquellas que tienen una calificación alta en la plataforma de descarga.
-Riesgos de instalar extensiones de Chrome
Las extensiones de Chrome suelen ser seguras, pero siempre que se instala una aplicación de terceros existe cierto riesgo. Una de las ventajas de la Web Store es la cantidad de extensiones de desarrolladores que han pasado por un filtro previo, pero no es suficiente para muchos usuarios. Un estudio realizado por Spin.ai estima que casi el 51% de las extensiones de Google y Microsoft son de alto riesgo. La investigación ha calculado la posibilidad de que las extensiones puedan acceder a la información de los usuarios o ejecutar un código JavaScript dañino.
Las personas otorgan todos los permisos a las extensiones de Chrome, así que los ciberdelincuentes pueden modificar los datos del ordenador, acceder a las contraseñas o a la información bancaria. Otra investigación realizada por la Universidad de Wisconsin ha descubierto que el 12,5% de las extensiones de Chrome podrían tener acceso a la información confidencial que se almacena en el navegador.
Los propios usuarios otorgan permiso aceptando la opción «leer y cambiar todos tus datos en los sitios web que visitas», aunque el hecho de que solicite este permiso no implica que pueda contener un malware. El verdadero peligro de las extensiones de Google Chrome está en las descargas desde plataformas de terceros. Una práctica habitual entre los ciberdelincuentes es clonarlas introduciendo un código malicioso. Las extensiones se parecen tanto a las reales que es difícil detectarlas.