Hay que tener en consideración que un alto consumo de estos recursos que os comentamos se puede traducir en un empeoramiento importante de la experiencia de uso de Windows. Además, nuestra productividad bajará de forma ostensible y no podremos trabajar con la suficiente comodidad con los programas instalados. A su vez todo ello puede desembocar en bloqueos y mal funcionamientos del sistema operativo que nadie quiere ver en sus equipos. Cierto es que hay determinadas aplicaciones de terceros que podemos instalar para optimizar y reducir dicho consumo.
Pero en muchas ocasiones es más efectivo nuestro propio control de Windows y la manera en el que trabajamos con el mismo para así ahorrar RAM y CPU. De hecho, es de todo ello de lo que os queremos hablar a continuación. En concreto os hablaremos de una serie de medidas que podéis tomar para reducir el consumo de recursos del PC en Windows sin utilizar aplicaciones externas de ningún tipo.
-Liberar el inicio de Windows
Nada más arrancar Windows de forma predeterminada el sistema carga una serie de procesos propios y aplicaciones que considera necesarias. Además, algunos programas que instalamos posteriormente también se sitúan en el inicio del sistema operativo de manera predeterminada y por sí mismos. Muchos de ellos no los vamos a necesitar, pero desde que encendemos el ordenador quedan en funcionamiento en segundo plano. Esto se traduce en un alto consumo de RAM y procesador.
Para solventar este problema no tenemos más que abrir el Administrador de tareas y situarnos en la pestaña Inicio para así desactivar aquellas aplicaciones que no necesitamos que se ejecuten desde el primer momento.
-Desinstalar todo aquello que no sea necesario
En multitud de ocasiones se da el caso de que llenamos nuestro sistema operativo de aplicaciones que en realidad no necesitamos. Además de consumir de manera innecesaria un valioso espacio en las unidades de disco, estos pueden consumir tanto memoria RAM como procesador del PC. Lo mejor que podemos hacer en estos casos es eliminar de manera definitiva esos programas que no vamos a necesitar para así optimizar el funcionamiento del sistema.
-Desactivar programas en segundo plano
Aquí es muy importante saber que hay ciertas soluciones software, muchas de ellas pertenecientes al propio sistema, que están funcionando constantemente en segundo plano. Estas las podemos ver abriendo la aplicación de Configuración y situándonos en el apartado de Privacidad / Aplicaciones en segundo plano. A continuación, nos encontramos con un amplio listado de estos programas que están en constante ejecución y así podremos desactivarlos para ahorrar recursos.
-Desactiva las animaciones y elementos gráficos
Uno de los mayores atractivos que nos propone el sistema operativo de Microsoft es la interfaz de usuario que pone a nuestra disposición. Sin embargo, hay ciertos elementos gráficos como por ejemplo las animaciones aquí disponibles, que hacen un alto consumo de CPU y RAM. Por tanto, si disponemos de un equipo antiguo o un tanto limitado en cuanto a especificaciones, lo mejor que podemos hacer es desactivar estos elementos en muchos casos totalmente innecesarios.
-Limpia el escritorio de Windows
Aunque en un principio no lo parezca, si llenamos el Escritorio del sistema operativo de carpetas, ficheros y accesos directos, el consumo de memoria RAM se dispara. Este es un elemento que además utilizamos de manera casi constante y tenemos la mala costumbre de llenarlo de todo tipo de información. Por tanto lo más recomendable en estos casos es hacer una limpieza del escritorio y lograr que permanezca vacío en gran medida. Siempre podemos dejar algunos accesos directos o carpetas, pero que sean las mínimas.