No actualizar iOS en tu iPhone aplazando la instalación de nuevas versiones ya sea por falta de espacio o por pura pereza tiene sus consecuencias, que pueden parecer pequeñas al principio pero que con el tiempo pueden convertirse en grandes problemas.
-Sin novedades, sin sincronización correcta y sin seguridad
En primer lugar, ignorar o frenar activamente las actualizaciones iniciará un bucle. En él, a diario, el iPhone te recordará que debes actualizar en algún momento del día (seguramente te propondrá hacerlo durante la noche), y tú le dirás que no. Bienvenido a tu nueva rutina diaria de forzar al sistema a que no esté actualizado con como mínimo una interrupción al día.
No tener todos nuestros dispositivos de Apple con la versión más reciente posible de sus sistemas puede causar problemas de compatibilidad entre aplicaciones y servicios. La sincronización de Notas o Recordatorios en iCloud, por ejemplo, dependerá de si en tu iPhone tienes la última versión de iOS o no. No podrás ver tus notas en el resto de tus terminales si no actualizas.
Por supuesto, uno de los efectos más importantes es el de la seguridad. Apple actualiza iOS para protegerse de las vulnerabilidades y ataques de seguridad que van apareciendo regularmente, y si nos quedamos con versiones más antiguas estaremos indefensos ante engaños de phishing y otros tipos de malware. iOS y la App Store son muy seguros, pero ningún sistema operativo es perfecto.
Tampoco podrás disfrutar de las últimas novedades tanto de software como de hardware de Apple. Un ejemplo rápido: Universal Control o Face ID con mascarilla requieren de iOS 15.4 para funcionar. Si no lo tienes instalado no podrás disfrutar de esa característica. O si no actualizas a iOS 15.4.1 seguirás teniendo un problema que provoca un consumo más alto de lo normal en la batería del iPhone.
Por lo tanto, insistimos: siempre, siempre intenta tener la versión más reciente de iOS en tu iPhone. Y lo ampliamos al resto de sistemas operativos y dispositivos de Apple. Hacerlo te obliga además a realizar tareas de mantenimiento regulares (como tener un mínimo de espacio libre o recordar siempre tus códigos de acceso y contraseñas), lo que a la larga significa que tu iPhone estará en mejores condiciones durante más tiempo. No hay hábito más sano.