Google Password Manager es una herramienta muy útil para gestionar de forma eficiente y sencilla una gran cantidad de contraseñas. Ya sabéis cómo funciona, se trata de un gestor de contraseñas que se ocupa de memorizarlas de forma segura aplicando cifrado, y que las recupera en el momento en el que necesitamos utilizarlas.
Si utilizamos una gran cantidad de contraseñas para servicios y sitios web diferentes nos evitará muchos quebraderos de cabeza, pero esto no significa que sea perfecto, también puede acabar dándonos más de un problema si sufre cualquier tipo de error o fallo que afecte a su correcto funcionamiento, algo que ocurrió precisamente hace cosa de unos días.
El pasado 24 de julio se confirmó un fallo en Google Password Manager que afectó a más de 15 millones de usuarios en sistemas operativos Windows, y les impidió utilizar sus contraseñas. Imaginaros la escena, una persona que tenga una total dependencia de esta herramienta para acceder a sus servicios y aplicaciones básicas no pudo hacer nada durante casi 18 horas, que fue el tiempo que tardó Google en resolver el problema.
Está claro que este incidente fue un problema grave, esto es indiscutible, porque como he dicho los usuarios afectados no pudieron utilizar sus contraseñas durante 18 horas, pero también hay que reconocer que Google logró solventarlo con bastante rapidez, ya que tardó menos de un día en ponerle fin. Al parecer todo se debió a una actualización defectuosa que hizo que el gestor no pudiera acceder a las contraseñas almacenadas.
-No es buena idea depender totalmente de Google Password Manager
Entiendo que la gestión de múltiples contraseñas puede ser algo complicado, y que puede que sea imposible recordarlas o tenerlas todas apuntadas. Sin embargo, visto lo ocurrido, creo que lo mejor es que tengáis las contraseñas de los servicios y aplicaciones más importantes que necesitéis utilizar a diario, o con cierta frecuencia, apuntadas en papel o guardadas en un sitio seguro al que siempre tengáis acceso.
De esta manera tendréis la tranquilidad de que esas contraseñas que son fundamentales para vuestro día a día siempre están a vuestro alcance, y que no dependerán de terceros. Esto es precisamente lo que hago yo con todo lo que necesito a diario, esas contraseñas las tengo memorizadas y también apuntadas en formato físico por si acaso, mientras que las contraseñas secundarias y de servicios menos importantes las tengo en un gestor de contraseñas. Si en cualquier momento tengo cualquier problema podría recuperar esas contraseñas vinculadas al gestor a través de diversos medios utilizando, por ejemplo, una dirección de correo electrónico o el clásico mensaje de texto al smartphone para recibir un código de seguridad.