Windows 11 no será recordado de manera benévola por parte de muchos de sus usuarios, en lo que parece una confirmación de la ya famosa teoría del ‘uno bueno, uno malo’ que, desde hace ya bastantes años, acompaña al sistema operativo de escritorio de Microsoft. Y lo cierto es que no faltan razones para ello, pues recordemos que, ya desde su anuncio, parecía más una actualización de Windows 10 que un nuevo sistema operativo, que realmente aportara un volumen destacable de mejoras y novedades.
Es cierto que, con el tiempo, Windows 11 ha ido sumando novedades interesantes con respecto a su predecesor, entre las que sin duda destaca el subsistema de Windows para Android, con la que el sistema operativo de Microsoft es capaz de ejecutar apps de Android. Otra novedad muy interesante es DirectStorage, si bien es cierto que hasta 2023 no hemos visto la llegada del primer juego compatible con esta tecnología, y que de momento nos sobran dedos en una mano para contar los juegos que la integran.
Otro aspecto en el que Windows 11 no cuenta con un buen currículum (aunque en esto comparte méritos con Windows 10) es en de las actualizaciones y los problemas asociados a las mismas. Recordemos, por ejemplo, que prácticamente desde su lanzamiento y hasta hace poco tiempo, ha venido arrastrando problemas con el rendimiento de las SSD, y que hasta hace menos de un mes no dieron con la solución. De manera más reciente también hemos visto el problema de la BSOD UNSUPPORTED PROCESSOR, si bien finalmente se determinó que, en este caso, la responsabilidad era de Intel, no de Microsoft.
Así, con el problema de las SSD resuelto y el de la BSOD en manos de Intel, y con el ya inminente lanzamiento de la gran actualización de este año, 23H2, parecía que nos esperaban unas semanas de tranquilidad, pero finalmente no va a ser así ya que, según podemos leer en WindowsLatest, la actualización KB5030219 de Windows 11 está provocando múltiples problemas a algunos usuarios. Y esto supone un problema especialmente serio en esta ocasión ya que, según podemos leer en la página de soporte dedicada a la misma, esta actualización soluciona problemas de seguridad y, por lo tanto, es obligatoria.
El problema más reportado es que, tras instalarla, algunos juegos ven descender sustancialmente su rendimiento (con casos en los que el rendimiento habría caído desde los 100 hasta los 10-15 frames por segundo) Esto estaría afectando especialmente a Starfield, aunque también se mencionan otros títulos como Ratchet & Clank. Este problema estaría afectando especialmente a usuarios de adaptadores gráficos de NVIDIA, con algunos de ellos afirmando que la versión más reciente de los controladores de la gráfica desaparece tras instalar la actualización de Windows 11.
En menor medida, pero también hay usuarios que alertan de pantallazos azules y de fallos en Menú Inicio y la función de búsqueda de Windows. También podemos leer casos de usuarios que afirman que, tras revertir la instalación de la actualización el comportamiento de sus equipos volvió a la normalidad. Así, habrá que esperar a que Microsoft identifique la razón de estos problemas y les dé solución lo antes posible, incluso retrasando si es necesario el lanzamiento de Windows 11 23H2.