Microsoft está por cambiar Windows 11 para siempre tras el fallo de CrowdStrike

CrowdStrike se ha convertido en una empresa famosa por una razón nada agradable, y es que lanzó una actualización defectuosa para Windows 11 que tumbó nada más y nada menos que 8,5 millones de PCs de empresas y bancos en todo el mundo, lo que acabó afectando a una cantidad enorme de personas y generó pérdidas por valor de varios miles de millones de dólares, según las estimaciones más recientes y fiables.

Un fallo de este calibre debe venir acompañado de una actitud competente y adecuada por parte de la empresa responsable, pero CrowdStrike no ha sabido hacer bien ni eso. La compañía se ha disculpado con sus clientes de una manera genérica y les ha ofrecido, como «compensación», un patético cheque regalo de 10 dólares en UberEats. Todo muy lógico, pierdo millones de dólares por tu culpa y me das un cheque regalo de 10 dólares para comida y café, excelente.

El golpe ha sido tan grande que se ha considerado como una pandemia digital que confirma la fragilidad de nuestra sociedad, y que también pone en evidencia la enorme dependencia que tenemos de la tecnología en nuestro día a día. Algo tan simple como una actualización en mal estado para Windows 11 puede acabar poniendo a gigantes empresariales y bancos de rodillas, y Microsoft tiene claro que no quiere que esto vuelva a suceder.

-Podría limitar el acceso al kernel de Windows 11 a terceros

Ese es uno de los cambios más importantes que estaría considerando Microsoft para evitar que vuelva a ocurrir algo como el incidente de CrowdStrike. Las actualizaciones que lanza esta empresa operan a nivel de kernel en dicho sistema operativo, y pueden acceder a partes clave del sistema que normalmente estarían vetadas.

Si se lanza una actualización defectuosa esta tiene un impacto tan grave precisamente porque tiene un acceso amplio a todos los rincones de Windows 11. John Cable, vicepresidente de gestión de programas de servicio y entrega de Windows, dijo en el blog oficial de Microsoft que lo ocurrido con CrowdStrike demuestra que es necesario dar prioridad al cambio y la innovación en el área de la fiabilidad de extremo a extremo, dando a entender que son necesarios cambios drásticos.

Limitar el acceso al kernel de Windows 11 a terceros es una excelente opción, porque una actualización defectuosa ya no sería capaz de llevar al pantallazo azul a los equipos afectados, pero claro, esto obligaría a introducir cambios importantes. Microsoft todavía no ha dicho qué es lo que piensa hacer exactamente para evitar que vuelva a suceder otro incidente como el de CrowdStrike, así que ahora mismo solo nos queda esperar a ver qué decisiones acaba tomando en este sentido el gigante de Redmond.