Seguramente lo recordarás, hace unas semanas te contábamos que Microsoft buscaba instalaciones de Office sin soporte. Para tal fin, los de Redmond publicaron la actualización KB5021751 para Windows 10 y Windows 11. Como ya dijimos en aquel momento, nadie le puede negar la honestidad a Microsoft, al menos en este caso, a la hora de aclarar el objetivo de dicha actualización, pues esto es lo que podíamos leer, a esa fecha, en su descripción:
‘Esta actualización está diseñada para ayudar a Microsoft a identificar la cantidad de usuarios que ejecutan versiones sin soporte (o que pronto dejarán de recibir soporte) de Office, incluidos Office 2013, Office 2010 y Office 2007. Esta actualización se ejecutará una vez silenciosamente sin instalar nada en el dispositivo del usuario.’
Ahora bien, ¿qué datos son esos exactamente? El problema es que no quedaba claro qué es lo que quería averiguar Microsoft sobre cada instalación de Office ‘caducada’ o cerca del final de su ciclo de vida. ¿Solo la versión? ¿La versión y el sistema operativo? ¿Quizá el país o la región? ¿Algún patrón de uso de la suite de productividad? Es bien sabido que los datos estadísticos pueden valer su peso en oro y que, por lo tanto, son muy valorados por las compañías, pero también es incuestionable que la obtención de los mismos, sin la necesaria transparencia, puede suponer una violación de la privacidad del usuario.
Eso es, precisamente, lo que empezaron a afirmar muchas voces cuando se supo sobre la función de esta polémica actualización. Con algunos precedentes cuestionables en el historial de Microsoft con la telemetría de Windows, las sospechas se activaron prácticamente de inmediato y muchos usuarios empezaron a preguntar sobre la información recopilada por la actualización KB5021751.
Así, poco más de dos semanas después de su lanzamiento, Microsoft ha actualizado la descripción de la actualización de Windows que recopila datos sobre Office. En dicha descripción sigue aclarando que desea obtener información sobre esas versiones antiguas por los riesgos de seguridad (en aquellas que ya han concluido su ciclo de vida y que, por lo tanto, no reciben actualizaciones) y también tener una incidencia negativa en la productividad de sus usuarios, al no estar a la última en lo que se refiere a funciones y a optimización de las herramientas de la suite.
Microsoft ha realizado la actualización de la descripción para aclarar que la actualización no recopila datos personales de los usuarios en cuyos sistemas se ejecute. Esto es lo que podemos leer al respecto:
“Esta actualización recopila datos de diagnóstico y rendimiento para estimar el uso de las versiones de Office instaladas para determinar la mejor manera de brindar soporte y servicio a estos sistemas. Estos datos se recopilan a partir de entradas de registro y API. La actualización no recopila detalles de licencias, contenido de clientes o datos sobre productos que no son de Microsoft. Microsoft valora, protege y defiende la privacidad”
¿Será cierto o no? Personalmente pienso que sí, pues desde el primer momento han actuado con transparencia en lo referido a la razón de ser de esta actualización. Creo, no obstante, que en el futuro podrían evitarse más situaciones como ésta si, desde el primer momento, aclararan de manera explícita y más allá de toda duda razonable qué información quieren obtener.