¿Y qué trae de nuevo Microsoft Edge 113? Lo mismo que los otros, básicamente: una parte es lo que ha actualizado Chromium, incluyendo ahí parches de seguridad, correcciones de estabilidad y optimizaciones de rendimiento; y la otra parte, la más interesante, los cambios y novedades propios del navegador de Microsoft, uno de los más destacados en lo que a ofrecer una experiencia personalizada se refiere.
Con este lanzamiento, no obstante, Microsoft Edge presenta apenas un par de cambios o novedades a destacar, más allá de los retoques a las políticas de la aplicación y que en esta ocasión afectan a la reproducción de documentos PDF y al almacenamiento, aunque esta última no estará activa hasta que aparezca en escena la versión estable de Microsoft Edge 115. Así las cosas, el cambio en las opciones de privacidad y el método de actualización en macOS es lo grueso de Microsoft Edge 113.
Siguiendo lo indicado en las notas de lanzamiento de Microsoft Edge 113, pues, lo más destacado es, en término generales y para todos los usuarios del navegador en PC, el remozado de la configuración de la prevención del seguimiento, que pasa de tener tres modos a solo dos, dejando atrás el básico. Según Microsoft, todo será más sencillo e igual de eficiente con los modos equilibrado y estricto.
Si todavía no ves este cambio en el navegador, dale un poco de tiempo, ya que dependiendo de la plataforma se dará gradualmente. En segundo lugar, cambia el mecanismo de actualización de Microsoft Edge en macOS y, para aquellos usuarios que quieran evitar en proceso de actualización automática, es preciso realizar una intervención manual para modificar la política, antes de actualizar a la presente versión. Lo mismo si ya se ha hecho, de cara a la próxima. Más información acerca de este tema en este enlace.
Y eso es todo en lo que a Microsoft Edge 113 se refiere, hablando únicamente de lo que el usuario puede llegar a notar. La pena con todo esto, con Microsoft Edge, es que la compañía siga manchando todo lo que hacen bien con unas prácticas de vergüenza para hacer tragar con un navegador cuyo valor es indiscutible. Una pena, desde luego.