La historia (microhistoria, en realidad) de Microsoft con el problema de Windows 11 con las memorias SSD me recuerda, un poco a la actitud del régimen de Pyongyang (¡no, antes de que alguien llegue a esa conclusión NO estoy comparando a Microsoft con Corea del Norte!) con el archiconocido Hotel Ryugyong, una edificación que se mantuvo inconclusa durante muchos años (su construcción se inició en 1987 y aún no se ha completado. Lo interesante es que, cuando el proyecto de construcción fue cancelado, las autoridades empezaron a negar su existencia, pese a que era visible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad.
Digo esto porque, ya prácticamente desde su lanzamiento, Windows 11 ha experimentado algunos problemas con este tipo de unidades de almacenamiento. Ya en diciembre de 2021 teníamos las primeras noticias sobre ello, y Microsoft respondió rápidamente publicando un parche que solucionaba esta problemática, si bien es cierto que lo hizo un poco «de tapadillo», para no darle trascendencia al asunto y que, por lo tanto, quedará resuelto, como decía aquella canción de Queen ‘behind the curtain, in the pantomime’.
Así, todo parecía olvidado… salvo que no. Hace algo más de un mes, Windows 11 volvió a experimentar problemas con los soportes de almacenamiento SSD, fallos que degradaban el rendimiento de estas unidades de manera sustancial, hasta el punto de equipararlo al de un disco duro mecánico. De alto rendimiento, sí, pero un HDD, lo que supone un descenso más que considerable en comparación con el rendimiento de las memorias de estado sólido.
Redmond no dio acuse de recibo de este problema, pero, por lo que parece, sí que han estado trabajando en ello. Así, según podemos leer en TechSpot, Microsoft ha solucionado el problema de rendimiento de las SSD en Windows 11, mediante una actualización no documentada a este respecto que forma parte del patch tuesday de agosto. Y menciono que no se ha documentado porque no se menciona de manera específica, en la información sobre esta actualización, que solucione el problema, que por otra parte tampoco fue mencionado por la compañía cuando se detectó inicialmente.
Entonces, si la compañía no lo ha indicado, ¿cómo podemos saber que el problema se ha resuelto? Pues empíricamente, ya que muchos de los usuarios que se vieron afectados por este problema desde principios del mes pasado, han comprobado como el rendimiento de sus SSD en en Windows 11 volvía a los parámetros normales, sin que en sus equipos se hubiera producido otro cambio que no fuera la actualización del sistema operativo.
Ahora bien, no todo son buenas noticias, y es que, si esta actualización ha solucionado los problemas con las SSD, también parce haber ‘roto’ Microsoft Defender, la solución de seguridad para múltiples dispositivos de la compañía y que, tras ofrecerse inicialmente solo al sector profesional, el año pasado dio el salto al mercado doméstico. Según los usuarios afectados, tras la actualización de Windows 11 les resulta imposible acceder al servicio, pues al intentar hacerlo se muestra un mensaje en el que se indica que es imposible iniciar sesión.