La era de los discos Blu-ray está llegando a su fin. Sony, uno de los principales fabricantes de estos soportes físicos, ha anunciado el cese de su producción a partir de febrero de 2025. Esta decisión marca un hito en la transición hacia un mercado dominado por el contenido digital y el streaming.
La creciente popularidad del streaming y las descargas digitales ha sido el principal motor detrás de este declive. La comodidad y la amplia oferta de contenido disponible en plataformas digitales han seducido a un gran número de consumidores. Si bien el Blu-ray ofrecía una calidad de imagen y sonido superior, la facilidad de acceso y la creciente capacidad de las redes de internet han desplazado al formato físico.
Aunque el Blu-ray ha perdido terreno frente a sus competidores digitales, aún conserva una base de usuarios fieles, especialmente entre los coleccionistas y cinéfilos que valoran la calidad y la experiencia tangible de poseer una copia física de sus películas favoritas. Sin embargo, esta demanda no ha sido suficiente para sostener un mercado en constante contracción.
La decisión de Sony tiene implicaciones significativas para la industria del entretenimiento. Por un lado, acelera la transición hacia un futuro completamente digital, donde el contenido se consume principalmente a través de servicios de streaming. Por otro lado, plantea interrogantes sobre la preservación a largo plazo del contenido digital y la posibilidad de que las licencias puedan caducar o que los servicios de streaming modifiquen sus catálogos.
A pesar de este panorama, el Blu-ray ha dejado un legado importante en la historia de los medios de almacenamiento. Su capacidad para almacenar grandes cantidades de datos de alta calidad revolucionó la forma en que consumimos películas y videojuegos. Sin embargo, el avance imparable de la tecnología y los cambios en los hábitos de consumo han condenado al Blu-ray a convertirse en una reliquia del pasado.