Habrían denunciado algunos problemas de rendimiento tras la última actualización de Windows 11

Windows 11 21H2 ha mejorado algunas características de seguridad en comparación con despliegues anteriores del sistema operativo. Uno de los aspectos que se supone salieron beneficiados fue la Seguridad Basada en Virtualización (VBS), que emplea las características de virtualización de hardware para crear y aislar una región segura de memoria del sistema operativo.

Sin embargo, y a pesar del interesante añadido que es VBS, este puede derivar en problemas de rendimiento, así que herramientas como Extreme Tuning Utility (XTU) de Intel, Afterburner de MSI y otras similares han dejado de funcionar correctamente tras la última actualización, o al menos eso es lo que están reportando algunos.

Por ejemplo, XTU es capaz de mostrar que el overclock está inhabilitado en un sistema cuya configuración debería soportarlo perfectamente. Al parecer el origen de los problemas detectados con VBS, característica que en otros lugares también es llamada Aislamiento de Núcleo (Core Isolation), está en que bloquea el acceso a cosas como el Overclocking Mailbox (MSR 150h) de Intel, que son esenciales para los chips que soportan overclocking, overvolting y undervolting.

Ni siquiera la reconfiguración de la BIOS corrige la situación, y aunque los problemas se han detectado en equipos procedentes de MSI, no se descarta que pueda ser reproducido en los procedentes de otros OEM.

VBS no está presente en Windows 10, pero en la versión 11 del sistema operativo de Microsoft se encontraba habilitada por defecto al menos inicialmente. El gigante de Redmond ha podido tomar la decisión de inhabilitar VBS para luego reactivarla recientemente, de ahí que algunos se estén quejando ahora de problemas a la hora de emplear herramientas como las mencionadas en esta entrada.

Microsoft, desde hace tiempo, se toma muy en serio la seguridad de sus usuarios, pero parece que no siempre da con la tecla. En lo que respecta a VBS, fue uno de los principales señalados hace un año, cuando se descubrió que los videojuegos rendían peor en Windows 11 que en la anterior versión del sistema operativo.

A la espera de confirmar que VBS es el origen de los problemas que están teniendo ciertas herramientas relacionadas con el overclock y la medición del rendimiento, la realidad es que desde hace años afrontamos una situación en la que la seguridad, en muchas ocasiones, se gana a costa del rendimiento. Aquí se pueden destacar las muchas vulnerabilidades descubiertas en los procesadores, cuyo arreglo o mitigación conlleva en un alto porcentaje de casos la pérdida de rendimiento, y aquí poco importa el sistema operativo utilizado.