Bard es la respuesta de Google al momento que está viviendo la inteligencia artificial principalmente a través de ChatGPT. La herramienta desarrollada por el gigante del buscador ha empezado a llegar a las cuentas de Workspace, su conjunto de aplicaciones y herramientas colaborativas orientado a empresas. Esto llega poco después de que ChatGPT llegara al propio Google Workspace, mediante un servicio de terceros, a finales del mes pasado.
Google ha anunciado a través de la lista de cambios de Bard que la herramienta de inteligencia artificial puede ser habilitada por los administradores de Workspace para “permitir que sus usuarios accedan a Bard usando sus cuentas de Workspace”. El motivo esgrimido por la corporación es el siguiente: “ahora puede usar Bard para ayudar con el trabajo, la investigación u otras necesidades comerciales, cuando inicie sesión en su cuenta de Google Workspace habilitada para administradores”.
Ahora bien, tal y como podemos leer en el blog oficial de Google Workspace, el despliegue de esta función no transcurre de manera paralela al del propio chatbot. Es decir, que la posibilidad de activar esta integración ya estará disponible en la administración de todos los espacios de Workspace, solo aquellos usuarios de los mismos que se encuentren en las regiones en las que Bard ya está disponible, Estados Unidos y Reino Unido, podrán disfrutar de esta integración.
La inclusión de Bard en Workspace fue adelantado días por Google a través de su blog oficial, donde publicó a través de una entrada diciendo que, “en los próximos días, los administradores de Google Workspace podrán activar el acceso a Bard para sus usuarios en la consola de administración, en Aplicaciones > Servicios adicionales de Google > Aplicaciones de acceso anticipado”. Esto quiere decir que Bard, si bien ha llegado a Google Workspace, no es una característica en fase estable, por lo que su uso en producción no es recomendable o como mínimo habría que tratarlo con mucho cuidado.
El gigante del buscador explica en la misma entrada publicada en el blog oficial que Bard es “un experimento en fase inicial de Google que permite colaborar con inteligencia artificial generativa. Como colaborador creativo y útil, Bard puede potenciar su imaginación, aumentar su productividad y ayudarlo a hacer realidad sus ideas”. Hasta aquí nada que no nos hayan dicho antes sobre los presuntos beneficios de la inteligencia artificial a la hora de mejorar la productividad cuando se trata de trabajar con el software de los ordenadores.
Google está dispuesta a impulsar Bard para llevarla a sus productos y servicios, porque además de Workspace, tenemos constancia de que también quiere introducirla en los móviles Pixel en formato de widget. Sin embargo, dentro de la compañía hay voces que han criticado a la herramienta por ser, según su versión, muy inferior a la competencia, cosa que se suma a la sensación que tienen dentro del gigante de Mountain View de ir con retraso en el sector y a las acusaciones de entrenar a Bard con respuestas de ChatGPT. Llegados a este punto no podemos olvidarnos del abandono de Geoffry Hinton, “padrino” de la inteligencia artificial, quien decidió dejar Google con el objetivo de advertir sobre los peligros que puede acarrear una tecnología de la que todavía se está descubriendo su potencial.
En resumidas cuentas, Bard ya ha sido integrado en Google Workspace, pero por ahora es una característica que se encuentra en fase de acceso temprano o anticipado y hay que habilitarla manualmente para hacer uso de ella.