El código abierto es el origen de buena parte de los avances de los que disfrutamos ahora y, en cierto modo, un bastión de cierta cultura inicial de internet que muchos piensan que se está perdiendo.
Android, Linux o el navegador Firefox son los grandes ejemplos, que cuentan con un listado enorme de software cuyo código se puede compartir y mejorar de forma libre. Lo que quizá no es tan conocido es que desde hace ya bastante tiempo son las propias grandes tecnológicas, las que más negocio hacen con software privativo, sus principales impulsoras.
Google ha aumentado sus compromisos con el software de código abierto y ha superado a Microsoft en términos de contribuciones activos, según un nuevo análisis de Aiven con datos de OSCI. Microsoft venía siendo la empresa que más recursos estaba dando hasta este mismo año. Aunque, eso sí, el ranking tiene cierto truco porque desgaja las filiales. Por ejemplo, GitHub de Microsoft o Red Hat de IBM. Contándolos juntos, Microsoft seguiría siendo el primero.
-Código Abierto, hasta donde quiero
Cuesta quizá creer que Microsoft, que especialmente en los 90 tuvo muchos litigios con los promotores de Open Source, haya liderado tanto tiempo esta clasificación. Sin embargo, desde la llegada de Satya Nadella, su perspectiva a cambiado, y mucho.
Google, por su parte, siempre se ha apoyado y ha apoyado el código abierto. De nuevo, para bien o para mal. Ha convertido Android en un estándar, pero también ha recibido críticas por ir cerrando APIs de, por ejemplo, Chromium, según sus intereses.
Según los datos del Índice de Colaboradores de Código Abierto (OCSI), Google tenía 5.421 colaboradores activos en agosto, frente a los 5.268 de Microsoft. Red Hat, Intel e IBM han seguido sistemáticamente a Google y Microsoft en cuanto a número de contribuyentes este año y también en el último lustro.
Mientras tanto, Amazon está un peldaño por detrás, con 1.963 contribuciones. Sin embargo, Amazon está mostrando un mayor crecimiento mensual que algunas de las otras empresas de la lista.
También hay diferencias por lenguaje. Al analizar el tipo de proyectos en los que trabajan, el equipo de Aiven descubrió que mientras Google y Amazon trabajan principalmente en C++, Java y Python, Microsoft prefiere sus propios lenguajes: Powershell y C#.
Los datos se obtienen contabilizando los commits en GitHub. En total, los commits mensuales de proyectos de código abierto de Google, Microsoft y Amazon crecieron un 300% en seis años, pasando de 2.654 colaboradores en mayo de 2016 a 10.549 en mayo de 2022.
-El papel de las grandes tecnologías en el código abierto
Heikki Nousiainen, director de tecnología de campo y cofundador de Aiven, afirmaba en el informe que el trío de las grandes tecnologías está aportando más recursos y tiempo de desarrollo al código abierto, algo que la comunidad necesita para garantizar el mantenimiento de los proyectos importantes.
Su aportación también ayuda a promover un «código limpio, transparente y seguro», afirma Nousiainen, lo que contribuirá a garantizar que no vuelvan a producirse vulnerabilidades de seguridad como Log4Shell, una vulnerabilidad de javascript que provocó el caos en los departamentos de TI de todo el mundo el año pasado.
Esto es especialmente relevante porque de forma común las grandes compañías se escudan en problemas de seguridad para privatizar algunos elementos del código.
«Que Google haya superado a Microsoft es especialmente sorprendente», afirma Nousiainen. «Un factor que ha contribuido a ello ha sido el descenso de los compromisos de Microsoft año tras año con los proyectos de código abierto. Sin embargo, el compromiso de Microsoft con la libertad de los desarrolladores y la innovación es constante, ya que la empresa es un actor importante en el código abierto, e incluso compró GitHub en 2018”, comentaba.
Pero, ¿por qué se interesante tanto? “El código abierto es una tierra de nadie neutral», dice el fundador de Aiven. «La gente siempre se ha comprometido entre sí, pero ahora es más porque la gente espera que las empresas se comprometan más y se conecten. El ecosistema es algo mucho más poderoso ahora y es más fácil construirlo».
Sin embargo, como comentábamos, no siempre todo es tan idílico. En marzo de 2021, Google limitó el acceso a muchas API de Chrome dentro del navegador web de código abierto Chromium, sobre el que se basa Chrome y otros muchos navegadores.
Google justificó su decisión diciendo que «los navegadores de terceros basados en Chromium integran funciones basadas en la nube de Google, que estaban destinadas únicamente a los usuarios de Google Chrome».
En otras palabras, «esto significaba que una pequeña fracción de usuarios podía acceder a su cuenta de Google y almacenar sus datos personales de sincronización de Chrome, como los marcadores, no solo con Google Chrome, sino también con algunos navegadores de terceros basados en Chromium».
El movimiento de Google hizo que muchos desarrolladores y mantenedores de Chromium en otras versiones vieran cómo su trabajo se trastocaba. Cabe tener en cuenta que en Chromium se basa casi el 90% de los navegadores que utilizan todos los usuarios de internet. De este modo, quizá Google no esté usando, como hiciera Microsoft en los 90, su predominancia para vender sus productos, pero sí que ha dejado claro que sigue teniendo la sartén por el mango en algunas decisiones que pueden ser críticas.