Las BlackBerry originales han dejado de obtener soporte, poniendo ahora sí el punto final a un teléfono icónico pero que no supo adaptarse. Hubo un tiempo donde la mayor modernidad en el sector mobile estaba representada por un abigarrado teclado que era lo más parecido hasta entonces a contar con un pequeño ordenador en la mano.
BlackBerry Ltd., o lo que queda tras el despiece y ventas de la antiguamente poderosa marca, anunció hace unos días que va a retirar el soporte y mantenimiento de BlackBerry OS y BlackBerry 10 para sus antaño omnipresentes teléfonos inteligentes para empresas, que fueron utilizados por ejecutivos, políticos y legiones de fans a principios de la década de 2000. El anuncio supone, ahora sí, el fin de su era. Quien mantuviera un teléfono con aquel sistema original, dejará de ser capaz siquiera de hacer llamadas.
Barack Obama tuvo una BlackBerry durante su mandato, y si tenías suerte, era el teléfono que te llevaba al siguiente nivel gracia a su sistema de chat integrado que permitía hablar con otras BlackBerry. Un lugar intermedio entre la tecnología hoy vigente de los SMS y los chats del tipo WhatsApp o Telegram. Tener una BlackBerry en los 00′ era, literalmente, dar un paso hacia el futuro con respecto a la competencia.
El concepto de la BlackBerry fue desarrollado por la canadiense RIM en 1999. Su éxito fue tal que la empresa cambió su nombre, hasta que la llegada del iPhone, como a Nokia y tantas otras, les pasó por encima. Desde entonces la antigua RIM ha subsidiado el nombre de marca, enfocándose ahora en ser una empresa de software.
Mientras, BlackBerry como icono, teléfono y concepto ha pasado entre otros por las manos de la china TCL, que ya las intentó relanzar bajo Android, y actualmente es gestionada por OnwardMobility, una subsidiaria del grupo Foxconn. Todas estas compañías ya tuvieron migajas de lo que fue. En 2008, antes de caer en picado, la capitalización bursátil de BlackBerry era de 110.000 millones de dólares.
Auge y caída
La caída de BlackBerry marca el fin de una era, ya que sus teléfonos, con sus diminutos teclados físicos QWERTY, fueron pioneros en el correo electrónico push y el servicio de mensajería instantánea BBM. Toda tecnología que se vio superada. Como decimos, era el teléfono que todo el mundo quería tener, conquistando esa bandera de aspiraciones que ahora tienen los iPhone, precisamente su verdugo.
Pero la lección de BlackBerry es que siempre la tecnología manda. Incluso cuando un dispositivo tiene una especie de culto, este dura muy poco cuando aparece una mejora altamente mejor. Y eso es lo que le pasó a BlackBerry en 2007 con la presentación del primer iPhone.
“Los botones no pueden cambiar con cada aplicación”, llegó a decir Jobs en su mítica presentación, haciendo referencia al icónico teclado de BB que habían copiado otras marcas como Nokia o Palm. Y así, en un salto tecnológico que eliminó lo más representativo a nivel de diseño de las BB, estas se quedaron fuera.
Cuando Apple anunció el primer iPhone, varios ejecutivos de RIM (la empresa que creó BlackBerry) hicieron bromas sobre el smartphone de Apple, ya que pensaban que los consumidores nunca querrían un smartphone con pantalla táctil y teclado virtual.
Mike Lazaridis, fundador de BlackBerry, decía sobre el iPhone en noviembre de 2007: “Intenta escribir una tecla en una pantalla táctil en un iPhone de Apple, es un verdadero desafío. No puedes ver lo que escribes”.
El valor de mercado de BlackBerry cayó considerablemente en los años posteriores a la introducción del primer iPhone, y la empresa acabó perdiendo su relevancia. Pero eso no hace que haya que restar méritos aun dispositivo que significó un paso adelante al igual que el iPhone lo fue después.
La gente adoraba sus BlackBerrys con la combinación de teclado externo y servicio de mensajería. Para bien o para mal, la BlackBerry marcó el comienzo de la era móvil para muchos empresarios. La cuota de mercado de móviles en 2010 de BlackBerry era del 43%. Tres años después, era de solo el 6%.
Languideciendo en la caída
Las BlackBerry pasaron de estar en la cima de los teléfonos inteligentes a tener un solo dígito en un abrir y cerrar de ojos, perdiendo grandes franjas de cuota de mercado al verse completamente comprometidos por las pantallas táctiles de Apple y Android. BlackBerry acabó reaccionando a estos cambios, lanzando el BlackBerry Torch en 2011, pero era demasiado tarde. Además, en un caso clásico de la teoría de la disrupción, las personas que amaban el teclado externo nunca se adaptaron a la pantalla táctil de BlackBerry.
Otro movimiento, entre muchos otros, fue asociarse con Microsoft en 2011 para hacer de Bing el motor de búsqueda por defecto en el teléfono BlackBerry, lo que en retrospectiva ve ahora como un movimiento un poco desesperado dada ya la hegemonía de Google en ese momento.
La desaparición de BlackBerry también es una lección para Apple. Puede que sea la primera y única empresa del mundo con un valor de 3 billones de dólares, pero ninguna ventaja está a salvo en el mundo de la tecnología, incluso con un conjunto de productos tan exitosos como los de Apple. Siri es un ejemplo perfecto: Apple llevaba la delantera hasta que Amazon y Google lo hicieron mejor.
Nos despedimos para siempre de un dispositivo a su modo único. O quizá no. Hace unas semanas, ante estas noticias, Onward Mobility -la empresa que obtuvo la licencia para producir teléfonos bajo la marca BlackBerry en 2020- emitió un comunicado en el que decía: “En contra de la creencia popular, no estamos muertos”.