Un de los aspectos en los que más destaca el sistema del pingüino es en la variedad, pero también en su calidad de su presentación, hablando al menos por las principales alternativas dirigidas al usuario común. Por más que al recién llegado le pueda resultar un poco abrumador el amplio abanico de opciones, lo cierto es que es difícil equivocarse eligiendo cualquiera cualquiera de las grandes distribuciones del mercado.
Tanto ha mejorado todo en los últimos años, de hecho, que elegir una distribución no tiene que ver con que sea mejor o peor que otras, sino con factores como el modelo de desarrollo, la experiencia con el sistema base, etc. Es decir, con las preferencias personales. A modo de ejemplo, dentro del ecosistema de Ubuntu, el Linux para PC más popular, lo tienes todo.
Así, una de las cosas a las que más vueltas se le suele dar es al entorno de escritorio, pieza fundamental de la distribución, de su apariencia y funcionalidad, si bien la personalización más extrema está a la orden del día en Linux. Aunque este es otro aspecto en el que ha mejorado el sistema y son muchas las distribuciones que por defecto lucen a las mil maravillas.
Para ilustrar este artículo, un vídeo del canal LinuxScoop en el que se recogen «las 11 distribuciones más bonitas de 2022«… aunque lo cierto es que data de principios de año. Pero eso es lo de menos. No obstante, no te lo tomes al pide de la letra, porque como se suele decir, sobre gustos no hay nada escrito. Pero sirve para lo dicho, ilustrar el artículo mostrando cómo se ve Linux en 2022.
Solo una advertencia: no todas las distribuciones que salen ahí son aptas, o más bien recomendables para el usuario de a pie o el novato en Linux, pero como he comentado, tampoco es necesario que lo sean. Salvo un par, todo lo que se ve está al alcance de cualquiera en distribuciones como Ubuntu y lo que no lo está, se puede conseguir fácilmente con un poco de personalización.