Cada vez se está aproximando Matrix, ¿de qué se trata?

En un mundo tan conectado como el actual, los dispositivos inalámbricos del IoT hacen que la vida de las personas sea más inteligente. Los implantes cerebrales, también conocidos como implantes neurales, son microchips que se conectan directamente al cerebro de un ser humano para establecer una interfaz cerebro-ordenador en el cerebro que se ha vuelto disfuncional debido a problemas médicos, por ejemplo, aunque no tiene por qué.

Elon Musk habló recientemente de la posibilidad de un futuro en el que el hombre tenga implantes cerebrales por diversas razones, desde aumentar su memoria, hasta escuchar música. Su implante cerebral con chip informático conocido como Neuralink, promete también vincular los músculos del cuerpo con una máquina, con el objetivo de tratar lesiones y problemas neurológicos.

Podría parecer que este logro viene de la mano de esta empresa, pero nada más lejos de la realidad. Hablamos de un líder tecnológico de interfaces cerebrales menos conocido, Synchron, y su dispositivo Stentrode.

El Stentrode es un conjunto de malla de electrodos que se implanta a través de la vena yugular.  Como este procedimiento se evita una cirugía invasiva en el cráneo o cerebro, lo que supone un gran avance y sencillez a la hora de resolver problemas médicos.

Eso significa que un gran número de pacientes podría beneficiarse de este avance si las pruebas demuestran que es lo suficientemente seguro. Destacar que las primeras pruebas con cuatro pacientes en Australia han evolucionado bien, sin efectos secundarios tras 12 meses de uso.

Sin embargo, mucho cuidado ya que podemos ver comprometida nuestra seguridad en la red por el conocido como brainjacking. Este un tipo de ciberataque en el que un hacker obtiene acceso no autorizado a los implantes neuronales de un cuerpo humano.

Ha sido objeto de debate en la ciencia ficción durante décadas, pero con los avances en la tecnología de los implantes está empezando a ser posible que surjan estos problemas. En cuanto a Synchron, empezó a trabajar en 2012 y al parecer, por el momento, no ha generado ningún inconveniente. Si todo va bien con las pruebas en humanos, el siguiente paso será demostrar que esta tecnología mejora significativamente la vida de los pacientes.