El ritmo de adopción de Windows 11 nunca ha llegado a estar a la altura de lo deseado por Microsoft, que lógicamente esperaba que la versión más actual de su sistema operativo de escritorio generara más interés entre los usuarios y, en consecuencia, que éstos migraran de manera más masiva tanto desde Windows 10 como desde versiones anteriores que, pese a no contar ya con soporte, siguen presentes en más equipos de lo que cabría suponer.
¿Qué es lo que ha pasado? ¿Por qué los usuarios no han acogido Windows 11 tal y como cabía esperar? Podemos distinguir, principalmente, entre dos grandes grupos de usuarios: lo que quieren, pero no pueden, y los que pueden, pero no quieren. Los primeros, ya lo habrás imaginado, son todos aquellos que, por los requisitos técnicos de Windows 11, no han podido dar el salto a esta versión. Y hablamos de una cantidad considerable de equipos afectados, nada menos que 240 millones de ordenadores, según un estudio reciente.
El segundo grupo, el de los que pueden, pero no quieren, se subdivide a su vez entre quienes prefieren la seguridad y estabilidad de Windows 10, un sistema ya muy pulido, frente a un Windows 11 que ha experimentado no pocos problemas con bastantes actualizaciones, y también aquellos que no consideran que las novedades de esta versión frente a lo que ofrece Windows 10 justifique el salto. Ahora bien, con el progresivo despliegue de novedades, es cierto que parte de los mismos finalmente sí que se animan a actualizarse.
Así, según vemos en StarCounter, la adopción de Windows 11 a nivel global vuelve a crecer, después de que en noviembre y diciembre daba la impresión de haberse estancado. Al mismo tiempo, vemos que desde marzo del año pasado la cuota de Windows 10 se mantiene de manera constante en senda descendente. De momento Windows 10 todavía se mantiene por encima del doble de Windows 11, con un 67,23% y un 28,18% respectivamente, pero de mantenerse la tendencia es probable que esta relación 2:1 se rompa antes de que termine este año.
Windows 11 se muestra levemente más exitoso en nuestro país. Como puedes ver en el gráfico superior, la cuota de adopción en España ya supera, por décimas, tres de cada diez equipos, con un 30,37%, mientras que la de Windows 10 es prácticamente idéntica en España al cómputo global, con un 67,36%, lo que nos indica algo que ya podíamos imaginar, y es que el volumen de uso de versiones más antiguas de Windows es más bajo que el acumulado global.
Ahora bien, ¿debemos entender estos datos cómo el cambio de opinión de usuarios de Windows 10 que, finalmente, han decidido dar el salto a Windows 11? Pues sí… pero solo en parte. Es cierto que, con el tiempo, hay usuarios que se deciden a dar el salto. Hace unos meses mi compañero Isidro se animó a hacerlo y a compartir su experiencia al respecto, y de manera más reciente yo también decidí dar ese salto, y puedo decir que la experiencia, en general ha resultado positiva.
Sin embargo, mi percepción al respecto es que este incremento no se debe tanto a las migraciones por parte de los usuarios, como a la venta de nuevos equipos, especialmente ordenadores portátiles, que incluyen Windows 11, pues esto suele ser el principal dinamizador de la actualización de Windows, un sistema operativo con un ciclo de vida bastante distinto a lo que encontramos en otras plataformas, ya sean de escritorio (con actualizaciones anuales en el caso de macOS y semestrales en el caso de Ubuntu, por poner solo un par de ejemplo) o de dispositivos, con Android e iOS actualizándose también de manera anual.