Desde su lanzamiento para el gran público, a finales del año pasado (el 30 de noviembre, para ser exactos), ChatGPT se convirtió en la estrella del momento. Recordemos que, hasta ese momento, el foco de las inteligencias artificiales generativas recaía, principalmente, en los modelos generadores de imágenes a partir de prompts de texto, si bien es cierto que otra creación de OpenAI, GPT-3, también había estado en boca del gran público con anterioridad.
ChatGPT se convirtió, rápidamente, en una referencia, gracias al gran trabajo llevado a cabo por sus creadores. Desde el primer momento fuimos conscientes de las limitaciones y los fallos del chatbot, que posteriormente hemos visto que eran extrapolables a otros servicios similares, además de aprender por el camino las razones de dichos problemas. Por otra parte, con la llegada del nuevo Bing, también comprobamos que los servicios que cuentan con conexión a Internet suelen mostrarse más acertados en sus respuestas, pero que aun así también cometen errores.
Sea como fuere, cuando todavía no han pasado ni diez meses desde el lanzamiento de este chatbot, ya podemos dar por totalmente normalizada la presencia de este tipo de servicios en nuestras vidas, principalmente con las interfaces de los mismos a través de Internet y de sus apps, pero también con la progresiva integración de sus funciones en otros productos y servicios, algo en lo que próximamente veremos una nueva evolución destacable, con la llegada general de Windows 11 con Copilot, un paso que sin duda veremos que también es dado por Apple y Google con iOS y Android respectivamente.
Como decía, la presencia de los chatbots se ha normalizado en muy poco tiempo, y siempre que algún servicio de este tipo deja de ser ‘la estrella del momento’, inevitablemente vemos como sus números descienden. Así, resulta clave hacer un seguimiento de dicho descenso para comprobar si su ‘suelo’ se encuentra dentro de lo previsible (y, por lo tanto, lo esperado por sus creadores) o sí, por el contrario, nos encontramos frente a una flor de un día.
En este sentido, la Agencia Reuters informa de que ChatGPT ha visto descender su volumen de visitas por tercer mes consecutivo. No obstante, y según los datos que podemos leer en dicha publicación, hay señales que apuntan a que este descenso ya estaría cerca de finalizar y que, por lo tanto, podemos estar ya bastante cerca de conocer el suelo real de volumen de tráfico y usuarios del servicio de OpenAI.
La base para llegar a esta conclusión es que, frente a dos descensos bastante abruptos en junio y julio, cada uno de ellos de un 10%, en agosto también se produjo una bajada, pero mucho más moderada, de tan solo el 3,2%. Así, el dato de septiembre será clave, pues si se produce un descenso inferior, estancamiento o incluso un leve repunte, podremos confirmar esta teoría.
Podemos entender que son varias las razones que han llevado a ese descenso en el tráfico de ChatGPT. En primer lugar, claro, se encuentra lo que mencionaba anteriormente, el efecto del fin de la novedad, pero en este caso no parece casual que el declive se iniciara poco después de que Google liberara Bard en todo el mundo, y a esto debemos sumar que los usuarios cada vez son más conscientes de que las respuestas de los chatbots no son tan fiables como cabría desear.